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PISO PÉLVICO TU CORAZÓN SEXUAL. SE ABRE LA CAJA DE PANDORA

Si pensamos en lo fuerte y preciso que puede ser el abrazo de la vagina, no nos extrañará que la musculatura genital de la mujer constituya una estructura muy compleja.


La red muscular que rodea, acoge, aferra, comprime y empuja los órganos situados en el interior de la pelvis femenina permite que todos ellos —la uretra, la vagina, el útero y el recto— se mantengan donde deben y cumplan sus funciones. Los diferentes músculos circundan el conducto de la vagina y se adentran en sus paredes, conectando este órgano con las demás estructuras pélvicas.


Por el momento se han definido tres grupos de músculos en torno al conducto vaginal. En orden ascendente, son los siguientes: los músculos del cuerpo perineal (la pequeña masa muscular encajada entre la base de la vagina y el recto), los músculos del diafragma urogenital y los músculos del piso o diafragma pélvico.

Estos tres grupos musculares dividen la vagina en tres porciones: la zona superior, por encima del piso pélvico; la central, rodeada por los músculos del piso pélvico y el diafragma urogenital; y la inferior, asociada a la musculatura del cuerpo perineal.



Esta división de la vagina encaja con las enseñanzas del taoísmo sobre el control muscular de los genitales. Las mujeres que dominan las técnicas de control taoístas son capaces de introducirse dos huevecitos (de 2,5 centímetros de diámetro) de material mineral en la vagina y desplazarlos y hacerlos chocar en su interior flexionando los tres grupos musculares por separado.


El músculo pubocoxigeo es uno de los más destacados en el grupo del piso pélvico, pero no el único, ya que trabaja en prodigiosa armonía con toda la musculatura contigua. En conjunto, todos los músculos genitales de la mujer orquestan las caricias delicadas y los apretones más marcados de la cámara vaginal.


El ritmo es más o menos como sigue: cuando el músculo pubocoxigeo se contrae, otro componente del piso pélvico muy cercano, el músculo puborrectal, se contrae también. En una acción combinada, ambos músculos estrechan, alargan y tensan parcialmente los do tercios inferiores de la vagina.

Considerando cómo se contraen y expanden los diferentes grupos musculares que forman el conjunto, se entiende que la armonía que orquestan los músculos del piso pélvico se haya calificado en ocasiones de ser «corazón erótico».


USARLOS PARA NO PERDERLOS

Por desgracia, tras varias décadas de vida sedentaria, y teniendo en cuenta que se ha perdido la costumbre de sentarse en cuclillas, la musculatura pélvica de muchas personas, hombres y mujeres —no solo las que han dado a luz—, se afloja. Como cualquier otro músculo, si no se usa, se pierde. Pero esta musculatura se puede reforzar y moldear con un entrenamiento regular, tal como sucede con la masa muscular de los bíceps o los pectorales. Practicando los ejercicios correspondientes, se consigue un control muscular muy

preciso.


“Placer pélvico”

ALQUIMIA SEXUAL

SALUD RELAJACIÓN ORGASMOS

“ “ Se abre la caja de Pandora ✨✨

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